Marcos 9, 17 -ss)
Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu mudo; y en cualquier sitio que se apodera de él,
lo tira al suelo, lo hace echar espuma y rechinar los dientes y lo deja rígido; pedí a tus discípulos
que lo expulsaran, pero no han podido. El les contestó: ¡Oh generación incrédula!
¿Hasta cuándo tendré que sufriros? ¡Tráemelo ! y se lo trajeron. En cuanto el niño,
que cayendo a tierra se revolcaba echando espuma.
Entonces preguntó al padre:
¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?
Le contestó: Desde muy niño; y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua,
para acabar con él; pero si algo puedes , ayúdanos, compadecido de nosotros.
Jesús le dijo: ¡Si puedes….. ¡Todo es posible para el que cree!
En seguida el padre del niño exclamó:
Creo, Señor; ayuda mi incredulidad,
Al ver Jesús que aumentaba la muchedumbre, increpó al espíritu inmundo diciéndole:
¡Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él y ya no vuelvas a entrar en él!
Y gritando y agitándole violentamente salió; y quedó como muerto,
de manera que muchos decían: Ha muerto,
Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó y se mantuvo en pie.
Cuando entró en casa le preguntaron sus discípulos a solas:
¿Por qué nosotros no hemos podido expulsarlo?
Y les respondió:
Esta raza no puede ser expulsada por ningún medio, sino con la oración.
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«Al enseñar el Señor a l los Apóstoles cómo debe ser expulsado este demonio tan maligno,
nos enseña a todos cómo hemos de vivir, y que la oración es el medio de que hemos de valernos
para superar hasta las mayores tentaciones de los espíritus inmundos o de los hombres.
.
La Oración no consiste sólo en las palabras con que invocamos la clemencia divina,
sino también en todo lo que hacemos en obsequio de nuestro Creador movidos por la fe.
De ello es testigo el Apóstol cuando dice:
‘Orad sin cesar’
¡Todo es posible para el que cree!
Fuente: Sagrada Biblia Santos Evangelios